

















La marca requería de una actualización profunda; el mercado había cambiado en tanto competidores y lo mismo sucedía con el público; ésta se había movido hacia otras marcas que prometían algo muy distinto. Por esa razón; se replanteó toda la identidad de la marca. El discurso se sofisticó; lo mismo que los empaques. Con ello se logró cimentarse en su plaza histórica y penetrar en lugares donde jamás hubiese sido recibida con su anterior identidad.