








Con el fin de aumentar su participación de mercado, la Cooperativa Pascual decide hacerlo en el segmento de los refrescos de cola. Además decide hacerlo utilizando su marca Lulú (que ya es un clásico en el mercado) como cobija de su nuevo sabor cola. A pesar de ser un sabor más de la marca Lulú; se requería dotarle de identidad y personalidad propia para así poder competir con los demás jugadores del segmento; siendo que además de ser un sabor con vida propia, todo refresco de cola es el mezclador natural con el alcohol. La propuesta se encaminó a romper todos los paradigmas de comunicación que históricamente se tienen con el sabor cola. Se pensó en un formato de videoclip más que de spot tradicional. El color negro y la música sería nuestra base para el desarrollo conceptual y visual.